Con el paso de los años, la marca española de ropa Zara, propiedad del grupo Inditex, construyó una reputación de plagiar diseños para sus colecciones de ropa. Sin embargo, el robo de propiedad intelectual ya no solo es contra las comunidades indígenas, sino también contra artesanos europeos.
Esta semana, el programa de televisión Planta Baixa, de TV3 (Televisió de Catalunya), presentó el caso de Joaquim Toribio, un ceramista originario de Barcelona a quien la firma de ropa low cost de Amancio Ortega le robó el diseño de un horno para hacer pan pese a que cuenta con las patentes.
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El artesano señala que adquirió dos patentes para el diseño que creó durante la pandemia: la primera es la de la imagen física, en la que Zara colocó suficientes diferencias como para no infringir. Sin embargo, la segunda es la de utilidad, que la marca de ropa sí infringe, ya que utiliza el mismo principio en el domo cerámico para hornear la masa.
Toribio ya acudió ante las autoridades e incluso envió una carta a Inditex para señalar el plagio -que sus abogados negaron-; sin embargo, señaló que no procederá judicialmente, ya que no cuenta con los recursos económicos para enfrentarse a un conglomerado global en una batalla legal.
Zara, un historial lleno de plagios
Durante los últimos años, Zara enfrentó múltiples señalamientos por robar el trabajo de diseñadores y artesanos, sin otorgar el crédito correspondiente, y generar millonarias ganancias por ello. En muchos casos, las afectadas fueron indígenas mexicanas.
En 2018, las mujeres de Aguacatenango, Chiapas acudieron ante los medios de comunicación para exhibir que la firma española plagió los bordados tradicionales de la comunidad. Además del tiempo que toma realizar estos diseños, señalaron que las ‘réplicas no autorizadas’ costaban casi el triple que el producto original.
En 2021 el reclamo llegó desde el propio gobierno de México, cuando la Secretaría de Cultura denunció a tres marcas extranjeras por apropiación cultural contra las comunidades de Oaxaca. En el caso de Zara, exhibieron el plagio de un huipil tradicional de San Juan Colorado.
También aparece el caso de la ilustradora estadounidense Tuesday Bassen, quien en 2015 acudió a las redes sociales para mostrar que Inditex utilizaba varios de sus dibujos y diseños como parches en sus piezas de ropa. Al igual que Toribio, no contaba con los recursos para enfrentar al corporativo.
Con información de Planta Baixa y Business Insider.
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