Después de que se aprobó el texto que formará parte de una futura consulta para investigar y –en caso de ser necesario- enjuiciar a los expresidentes que hayan cometido algún crimen, se especula que la mayoría de los cargos probablemente ya hayan prescrito. Sin embargo, también es una oportunidad para enfrentar la corrupción vivida en sexenios anteriores.
El medio de investigación Contralínea publicó una serie de casos en los que la familia y los colaboradores más cercanos a Ernesto Zedillo Ponce de León estarían vinculados con diversos grupos del crimen organizado; llegando al punto de interferir para facilitar sus operaciones.
En 1997, el Instituto Nacional de Combate a las Drogas (INCD) descubrió, a través de una intervención telefónica al grupo de los hermanos Amezcua Contreras, conocidos como los Reyes de las Anfetaminas, que la esposa del mandatario, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, y sus familiares cercanos tenían una relación personal con dichos personajes.
En un informe elaborado por la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos contra la Salud (Feads) se incluye una conversación entre Jesús Amezcua y otro integrante de su organización, en la que confirman que la entonces primera dama intervino personalmente para que se resolviera un litigio por unos predios en favor de los narcotraficantes.
Corrupción de 5 expresidentes: PGR confirmó vínculos de Zedillo y su familia con el narcotráfico https://t.co/tW7hLrrxtm
— Contralínea (@contralinea) October 8, 2020
Cuando el titular de la INCD, el general Jesús Gutiérrez Rebollo, acudió ante la Secretaría de la Defensa Nacional para entregar el informe que involucraba a la familia política del mandatario con los hermanos Amezcua, fue detenido por presuntos nexos con el narcotráfico y murió en prisión.
Otra figura cercana a Zedillo que también fue vinculada a grupos criminales en los reportes de inteligencia fue su secretario particular, el abogado José Liébano Sáenz. Un documento de 1995 –elaborado por Gutiérrez Rebollo- contiene la confesión de un exmilitar que operaba para el jefe del Cártel de Ciudad Juárez, Amado Carrillo Fuentes.
De acuerdo con el testimonio de Francisco Corona García, alias ‘El Negro’, existía una relación de amistad entre el ‘Señor de los Cielos’ y el funcionario, debido a que el primero contribuyó económicamente en la campaña del presidente. También afirma que escuchó a Carrillo decir que le compró una casa a Sáenz como ‘regalo de Navidad’.
Este vínculo fue investigado por Héctor Rodríguez Armendáriz, agente de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO) de la PGR, quien murió ejecutado el 22 de junio de 1999. En los meses previos a su asesinato, el funcionario solicitó ser transferido al extranjero; sin embargo su petición fue denegada en numerosas ocasiones.
Rodríguez fue responsable de integrar una carpeta de investigación en la que Liébano Sáenz era vinculado con el crimen organizado. Misteriosamente, dicha carpeta de investigación fue borrada de los archivos de la Procuraduría, la cual alegó que las indagatorias fueron suspendidas por ‘falta de pruebas’.
Con información de Contralínea.
Imagen: La Verdad Noticias