Una de las tácticas preferidas que ha utilizado la oposición para atacar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador es la utilización de comunicadores que cuentan con espacios de opinión en los principales medios de comunicación del país para promover el descontento de políticos y empresarios.
A través de su cuenta de Twitter, el periodista Manuel Hernández Borbolla (RT en Español) denunció que, este lunes, dos figuras públicas cercanas al mandatario fueron víctimas de este tipo de ataques, los cuales pretenden presentar como hechos rumores y opiniones personales que, a menudo, no suelen ser sustentadas.
Olga Sánchez Cordero y Carlos Slim son tendencia en redes, por dos columnas con opiniones, dichos y rumores.
Es muy común que los vendedores de humo generen ruido en redes con fuentes de dudosa procedencia.
Una muestra de cómo funcionan los sistemas de propaganda.
— manuel hernández borbolla (@manuelhborbolla) November 30, 2020
El primero es un ataque hacia la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, publicado por Raymundo Riva Palacio en El Financiero. En la pieza, se especula que la relación entre la ministra en retiro y el titular del Ejecutivo es inexistente pero que, debido a que no le gusta cesar gente, este último aún no se ha desecho de ella; y que, en caso de una eventualidad, ella no estaría preparada para ocupar temporalmente el control del país, por lo que pide su renuncia.
La segunda pieza, firmada por Mario Maldonado en El Universal, afirma que el empresario Carlos Slim Helú estaría ‘muy molesto’ con el presidente por el manejo de la pandemia de COVID-19, según ‘fuentes cercanas’ y que ello explicaría su aparente ‘desaparición’ de la escena pública, ya que apenas ha aparecido un puñado de veces ante los micrófonos desde el comienzo de la contingencia.
En su hilo de Twitter, Hernández señala que existe toda una maquinaria mediática al servicio de las élites económicas y políticas que busca atacar al actual gobierno y que estos columnistas se dedican a crear narrativas que, en muchos casos, no se sostienen; poniendo como ejemplo la presunta ‘injerencia’ rusa en las elecciones de 2018.
Por eso soy muy desconfiado de las columnas donde se vierten opiniones basadas en "fuentes cercanas" o "de primer nivel", sin que existan datos duros para respaldar lo dicho.
Los columnistas crean narrativas. Esa es su función. ¿Con qué intereses? Es la pregunta obligada.
— manuel hernández borbolla (@manuelhborbolla) November 30, 2020
Sin embargo, el corresponsal también señaló un fenómeno curioso que existe con este tipo de publicaciones: se centran tanto en promover los intereses de políticos y empresarios que, al final, terminan por desviar la discusión pública y maquillan los verdaderos fallos que ha tenido la Cuarta Transformación hasta ahora.
La explicación a esta paradoja es muy sencilla: los temas en los que el gobierno de López Obrador ha tomado posturas que pueden ser reprochadas no aparecen en los medios de comunicación debido a que no forman parte los intereses económicos de la clase que se vio derrotada en los comicios de hace dos años.
Los temas más criticables de la 4T, en mi opinión, no suelen aparecer en medios, precisamente, porque no forman parte de la agenda de las élites político-económicas que fueron derrotadas en 2018 y hoy buscan reagruparse basados en exageraciones y ruido mediático.
— manuel hernández borbolla (@manuelhborbolla) November 30, 2020
Este tipo de estrategias ha aumentado durante los últimos meses. Un ejemplo es la situación del director del Centro Nacional de Investigación, David Pérez Esparza, quien en dos ocasiones ha salido a denunciar campañas de desprestigio en su contra, la última de ellas ocurrida la semana pasada.
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