Uno de los temas más sonados en la agenda pública durante los últimos días es el de los centros penitenciarios, sobre todo después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador denunciara los contratos multimillonarios que Felipe Calderón y Genaro García Luna firmaron para privatizar dichas instituciones.
Tras las palabras del mandatario, el personal que labora en dichos centros también se ha animado a denunciar las condiciones en las que tienen que laborar y la falta de presupuesto y servicios básicos en los reclusorios, incluso si ello es motivo de represalias por parte de los directivos.
Este jueves, la periodista Meme Yamel presentó el caso de un custodio que fue transferido de un penal a otro después de haber intentado exhibir las deficiencias del sistema penitenciario del Estado de México y hacer llegar su denuncia hasta el propio mandatario.
Se trata de Alejandro Jiménez, empleado de categoría B quien, a través de un escrito, intentó hacer saber a López Obrador y a Olga Sánchez Cordero –secretaria de Gobernación- los retos que enfrentan los trabajadores mexiquenses , tanto para el control de la población de dichos centros como para el desempeño de su trabajo.
Durante su entrevista, Jiménez reveló que, tras hacer pública su denuncia, la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Estado de México lo transfirió del penal de Zumpango al centro ubicado en el municipio de Sultepec, ubicado en el límite con el estado de Guerrero, hecho que ya había denunciado en su documento.
También reveló que, tras ser cambiados, se les cobran entre 5 mil y 10 mil pesos por ser transferidos a reclusorios cercanos a sus domicilios. Entre los motivos para ser sancionados se encuentran no realizar arrestos no justificados, desobedecer órdenes que no tienen mucho sentido o –en el caso de las mujeres- por no acceder a favores sexuales hacia los patrones.
El custodio afirmó que cuando entró a laborar al penal de Zumpango, no existía la corrupción, la cual ha ido creciendo de manera alarmante con el paso del tiempo y se ha convertido en un mal sistémico, pues los trabajadores terminan viéndose obligados a aceptar e incurrir en este tipo de prácticas para conservar sus empleos.
De igual forma reveló las condiciones deplorables para la población de estos centros, quienes sufren más abusos que nunca y cuyas condiciones de vida es lamentable y repercute en su salud. Esta situación, combinada con la falta de personal para operar las prisiones y la sobrepoblación también dificulta la labor de todos los trabajadores.
En la carta dirigida a López Obrador, reveló que en algunos de estos centros, llega a haber una población de hasta 5 mil reos y solo hay 50 custodios para vigilarlos. Además, en algunas instalaciones llegan a albergar hasta 40 internos por celda, lo cual también provoca peleas y problemas crónicos de salud que no pueden ser atendidos por falta de personal e insumos.
Tras acudir con las autoridades estatales para buscar una solución a los principales problemas –corrupción, sobrepoblación, falta de personal- fue sorprendido con un cambio de adscripción que representa un viaje de cinco horas, por lo que ya está consultando con su abogado la manera de ser restituido en Zumpango.
Sin embargo, también reveló que su lucha no ha sido en vano, ya que, aunque muchos de sus compañeros prefieren mantener un perfil bajo por miedo a las represalias, otros más se han acercado a él, lo han respaldado y le han confiado otras exigencias por parte de los trabajadores del sistema penitenciario para que las haga públicas.
Imagen: Agencia MVT
