Pese a que se presentan como eventos de entretenimiento sano y familiar durante la temporada navideña, las Caravanas Coca-Cola atentan contra la salud de los mexicanos, pues generan basura y promueven enfermedades… ¡con recursos públicos!
Un reportaje del portal de investigación POPLab reveló que, en 2024, el conocido desfile navideño se llevó a cabo en 17 municipios: Ciudad Juárez, Cuautitlán Izcalli, Guadalajara, Hermosillo, León, Mexicali, Monterrey, Nogales, Puebla, Puerto Vallarta, Saltillo, San Luis Potosí, Tepic, Toluca, Torreón, Tuxtla Gutiérrez y Veracruz.
Para la realización de estos eventos, fueron los gobiernos municipales quienes asumieron los gastos de los operativos viales, ambulancias, baños portátiles y, en algunos casos, la transmisión televisiva del evento, como en León, en donde se contrató a una estación local para emitir en vivo.
Sin embargo, el uso de recursos públicos no se detuvo ahí, pues más de 2 mil 900 trabajadores de dichas administraciones trabajaron durante 254 horas para que el evento ocurriera. Por el contrario, las embotelladoras de Coca-Cola únicamente pagaron 3 mil 400 pesos en permisos.
Caravanas Coca-Cola atentan contra la salud de los mexicanos
Además de la carga que representan para el erario público, las Caravanas Coca-Cola también tienen un impacto negativo sobre la salud de los mexicanos: por un lado, su realización genera grandes cantidades de basura; mientras que por el otro promueve hábitos poco saludables y dirige su publicidad hacia los menores de edad.
Durante la edición 2024 de estos desfiles, los municipios reportaron una participación total de 4.7 millones de personas, las cuales generaron 101 toneladas de basura. Cabe recordar que estudios señalan a la refresquera como una de las empresas más contaminantes del mundo, responsable del 11 por ciento de los residuos plásticos a nivel global.
Pese a que la Ley General de Salud en materia de publicidad prohíbe expresamente la publicidad frontal dirigida a menores de edad, Coca-Cola y sus subsidiarias recurren al uso de botargas -como osos polares- y otros elementos que apelan directamente a un público infantil.
Lejos de hacer cumplir la legislación vigente, los gobiernos municipales no sólo permiten esta situación, sino que además ellos mismos utilizan recursos públicos para promocionar directamente a la refresquera, ya sea a través de sus redes sociales -alegando que no destinan presupuesto para ello- o con las transmisiones televisivas, como en el caso de León.
Esto resulta particularmente preocupante cuando existe una crisis de salud provocada por la obesidad, pues actualmente se destinan 180 mil millones de pesos anuales al tratamiento de padecimientos provocados por sobrepeso, además de que la diabetes es la segunda causa de muertes en México.
Con información de POPLab.
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