Las denuncias

Acusado en el caso de Norberto Ronquillo explica irregularidades y pide ayuda desde prisión

Uno de los señalados por el caso Norberto Ronquillo -estudiante de la Universidad del Pedregal secuestrado y asesinado en 2019- denuncia que lleva tres años privado de la libertad pese a que presentó todas las pruebas que demuestran que no participó en el ilícito, tal como afirma la Fiscalía General de Justicia (FGJ-CDMX).

Se trata de Daniel Benítez Cabrera, cuya familia contactó a The México News para pedir que se exponga su caso en la mañanera. El mencionado, fue vinculado al delito debido a que la abducción de Norberto se habría realizado en un coche de su propiedad que se utilizaba para una plataforma digital de servicio de transporte. Ante la falta de pruebas, las autoridade lo acusaron de haber participado activamente en el secuestro, ubicándolo presuntamente en el asiento posterior del vehículo, algo imposible ya que existe evidencia que lo pone en otro lugar a la misma hora del delito. 

En una carta manuscrita, el propio Benítez explica cómo sucedieron los hechos que desembocaron en su detención. En primer lugar, señala que el día y la hora en que se cometió el secuestro -4 de junio de 2019, después de las nueve de la noche- él se encontraba en otro lugar distinto al que las autoridades aseguraban. 

El último lugar en el que Ronquillo fue ubicado con vida fue el estacionamiento de su universidad, pues fue captado por la cámara de seguridad mientras salía a bordo de su vehículo mientras enviaba un mensaje de texto a sus tíos para avisar que ya iba rumbo a su casa.

Sin embargo, Daniel afirma que en aquel momento se encontraba cenando con su novia -a quien había recogido una hora antes- en una cafetería ubicada en la colonia Petrolera Taxqueña, a más de seis kilómetros de donde se encontraba el hoy occiso. Hacia las 9:45 salieron del establecimiento y se dirigieron a casa de ella, en el fraccionamiento Campestre Coyoacán, en donde pasó la noche.

El detenido afirma que esto puede ser corroborado por la cámara de seguridad de uno de los vecinos, que captó el momento en el que llegaron en su coche de uso diario, un Nissan Versa rojo. También hay una fotografía que su novia le tomó mientras estaban en la cafetería, a la misma hora a la que se habría cometido el ilícito.

Benítez señala que, cuando los peritos de la FGJ extrajeron los metadatos de la imagen corroboraron que se encontraba en un lugar diferente al de los hechos y que el fiscal a cargo de la investigación le aseguró a su novia que ‘no encontraron nada’ en su contra cuando se presentó con ella.

Sin embargo, el 11 de junio, una semana más tarde y estando en casa de su novia, recibía una llamada de su hermano para informarle que la Policía de Investigación (PDI) se presentó en su domicilio a las 5:30 de la mañana preguntando por él, con lujo de violencia, y sin explicar el motivo.

Pensando que se trataba de algún problema con los vehículos que él y su familia rentaban para la plataforma Uber, acudió. Ahí, los agentes lo cuestionaron sobre si conocía el motivo de su presencia, a lo cual respondió de forma negativa. Posteriormente, ambos fueron trasladados a la Fiscalía Antisecuestros.

Ahí les dijeron que no se preocuparon, pues solamente iban en calidad de testigos; sin embargo, los mantuvieron incomunicados hasta las once de la mañana. A esa hora, se presentó un agente de la PDI, quien le presentó una orden de aprehensión en su contra, la cual debió haber sido mostrada cuando acudieron a su casa.

Mientras Daniel era detenido, su hermano se quedó declarando toda la información que tenía sobre el conductor -Óscar ‘N’- que manejaba el coche en el que fue secuestrado Ronquillo. Oscar “N”, afirmó en su declaración inicial, que los hermanos Benítez no tenían ningún conocimiento sobre el ilícito y no pretendía que dos personas inocentes fueran a prisión.

En la carta, Daniel, también señala que la fiscalía capitalina falsificó el reporte sobre el operativo, ya que anotaron que todo se llevó a cabo en completa calma y que fueron trasladados ante la Fiscalía Antisecuestros tras ser asegurados, pese a que entraron con lujo de violencia, destruyendo y robando propiedad privada, golpeando a su hermano y sin explicar su presencia.

Además, argumenta que los elementos de la fiscalía presionaron a su familiar para que declarara en su contra, amenazándolo con detenerlo a él también, así como también fue presionado para firmar la ratificación del reporte falso; a lo cual éste accedió temiendo la fabricación de nuevos delitos, y bajo amenaza de entorpecer la investigación de negarse a hacerlo.

Posteriormente, pese a presentarse todas las pruebas que acreditaban su inocencia, el juez que presidió la audiencia inicial del caso decidió vincularlo a proceso. Entre las pruebas se encontraban fotografías, videos, llamadas, mensajes, así como los recorridos diarios de Daniel registrados en Google Maps. Y presuntamente, en ninguno de estos las autoridades habrían encontrado elementos que probaran su inocencia, resultando en su vinculación a proceso y encarcelamiento. 

La FGJ de la CDMX, solicitó que se desecharan todas estas pruebas especulando que ‘podrían ser falsas’ pero sin presentar evidencia alguna que sustentara su postura. Incluso, en las comunicaciones entre los probables secuestradores se confirma que él no los conocía ni estuvo en contacto con ellos, pues no aparece en ninguna de ellas.

Ante esta situación, su defensa solicitó el sobreseimiento del caso dos meses después, a lo cual el juez se negó argumentando que aún no concluía el plazo de la investigación. Cuando dicho momento llegó, la Fiscalía solicitó dos meses adicionales, en los que siguieron sin conseguir pruebas.

Pese a esto, argumentaron que sí participó en el secuestro de Norberto al proporcionar ‘intencionalmente’ el vehículo y que iba a bordo de este durante el evento, pese a las numerosas pruebas que lo ubican en otro lugar en aquel momento. Desde entonces lleva tres años privado de la libertad y en condiciones deplorables, exigiendo justicia.

Daniel señala que hasta 2017  vivía en Estados Unidos, desempeñando su carrera de Gastronomía con éxito e incluso estaba en proceso de obtener su residencia. Sin embargo, ilusionado por la promesa de cambio político con la llegada de AMLO, decidió dejar todo eso atrás y regresar a México y emprender el negocio de renta de coches para Uber con su familia. 

Para exigir su libertad, su padre apeló a las palabras del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en numerosas ocasiones ha señalado que no se deben realizar acusaciones sin pruebas ni se deben inventar delitos, afirmando que el caso contra este es un ‘secuestro institucional’.

Vale la pena recordar que en 2021, se reveló que ya se tenía conocimiento de la autora intelectual del homicidio. Elvira “N” alias “La Bruja” fue identificada por dos de los detenidos como la novia de Norberto Ronquillo y quien ordenó el secuestro y posterior asesinato del jóven.

Al momento, Elvira “N”, se mantiene prófuga de la justicia.

Con información original y complementaria de Aristegui Noticias y Excélsior.

Imagen: Expansión Política

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