El gobierno de Estados Unidos llevó a cabo las primeras dos acusaciones por delitos federales contra personas que participaron en las protestas del pasado fin de semana en Los Ángeles.
Se trata de Emiliano Garduño Gálvez y Wrackkie Quiogue, a quienes el Departamento de Justicia acusa por la posesión de artefactos destructivos, pues aseguran que el primero -ciudadano mexicano- lanzó una bomba molotov contra agentes federales, mientras que el segundo tenía un objeto similar.
En el caso de Garduño, el Departamento de Seguridad Interior (DHS) añadió cargos por intento de homicidio por el lanzamiento del explosivo, afirmando que cuenta con antecedentes criminales por hurto mayor -considerado como delito grave- y por conducir bajo el influjo de sustancias intoxicantes en 2024.
Para justificar ambas detenciones y los cargos en contra de los sospechosos, las dos dependencias compartieron videos en los que se observa a un individuo con cubrebocas y una capucha cubriéndole el rostro armando el cóctel explosivo; sin embargo, la grabación no muestra quién la lanzó ni otras evidencias que vinculen a los detenidos con dicha acción.
De acuerdo con la acusación, Garduño lanzó una bomba molotov durante las movilizaciones del pasado 7 de septiembre en Paramount City; mientras que en el caso de Quigoue, la Policía de Los Ángeles (LAPD) lo capturó mientras intentaba huir con otro de estos artefactos en las protestas en el centro de la ciudad el domingo.
Bill Essayli, el fiscal de distrito a cargo del caso, aclaró que la pena por posesión de explosivos es de hasta 10 años de prisión. Quiogue ya enfrentó su audiencia inicial y permanece bajo custodia, mientras que a Garduño lo presentarán ante un juez en los próximos días.
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