La violencia y la falta de oportunidades han sido dos factores clave para que el desplazamiento forzoso de personas en América Latina haya incrementado exponencialmente durante los últimos años, estas circunstancias son más determinantes cuando se trata de mujeres migrantes, quienes además, padecen de violencia de género en diversos ámbitos.
Esta semana, el portal de noticias Animal Político publicó un reportaje en el que expone las dificultades de las mujeres que huyen de la inseguridad de sus países, centrándose en dos casos particulares de migrantes, una originaria de El Salvador y la otra de Honduras.
En el caso de la primera, se vio obligada a dejar su país tras el recrudecimiento de la violencia en San Salvador, además de que una de sus hijas era acosada por un individuo mientras estudiaba. La mujer catracha, por su parte, tuvo que huir con sus dos hijos luego de que su esposo fue asesinado por no acceder al ‘cobro de piso’.
Sin embargo, estas no son las únicas dificultades con las que se encuentran, incluso cuando logran que las autoridades mexicanas –gracias a la intermediación de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR)- les concedan el ingreso al país por los riesgos que enfrentan en sus lugares de origen.
'Esa chamaca va a ser mía': La violencia de género detona desplazamiento forzado https://t.co/azZCoFPDOr vía @pajaropolitico
— Manu Ureste (@ManuVPC) November 26, 2021
Una de las violencias más significativas que encuentran es la laboral, pues muchos empleadores les niegan el acceso a un trabajo estable por ser extranjeras, viéndose obligadas a ingresar a sectores en los que reciben remuneraciones muy bajas y no cuentan con las prestaciones de ley.
Las dos mujeres entrevistadas en el reportaje se habían establecido en Tapachula pero, ante la falta de oportunidades para ellas, tuvieron que mudarse al norte del país, también gracias a la intervención de la ACNUR, que cuenta con un programa de reubicación que, además, las enlaza con empleadores formales en los corredores industriales.
La xenofobia también es un problema con el que tienen que lidiar, pues no solo les cierra o limita el acceso a oportunidades laborales, sino también de salud y educación. La migrante hondureña tiene una hija con problemas de salud auditiva y, pese a que está establecido que también deben prestar atención a menores de edad inmigrantes, el DIF de Saltillo se negó a atenderla.
Además del apoyo de colectivos y organizaciones como la ACNUR, las familias que llegan desde Centroamérica y otras partes del continente para rehacer sus vidas logran sostenerse ante las adversidades gracias a las redes de apoyo.
De acuerdo con los datos del Colegio de la Frontera Norte, el incremento en las solicitudes de asilo en México entre 2013 y 2020 fue del 5 mil 384 por ciento, pasando de mil 200 a más de 70 mil anuales. De igual forma, el número de mujeres que aplican para obtener esta figura jurídica se ha elevado de tal forma que ya conforman el 42 por ciento del total.
Venezuela y El Salvador son los dos países de origen con el mayor porcentaje de mujeres que aplican para conseguir el estatus de refugiadas en territorio mexicano, ambas sobrepasando el 45 por ciento. Les siguen Guatemala (40 por ciento), Honduras (39.2), Cuba (34.7) y Nicaragua (30.3).
Con información de Animal Político.
Imagen: Telesur
