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Tik Tok, la nueva plataforma de difusión para la extrema derecha

En la actualidad, la red social que presenta el mayor crecimiento es Tik Tok. La aplicación china ha tenido un crecimiento espectacular desde 2018, cuando registró más de 800 millones de descargas a nivel mundial. Desde entonces, se ha convertido en la segunda app más descargada del mundo.

El formato de Tik Tok es simple: permite grabar videos cortos de entre 3 y 15 segundos, con fondos musicales y otro tipo de prestaciones. Es esta sencillez la que ha provocado el impactante crecimiento de esta red, pues permite generar memes y otros contenidos de manera fácil y rápida, convirtiéndose en una incubadora de nuevas tendencias.

El asombroso crecimiento de la app permite viralizar rápidamente los contenidos, sobre todo entre adolescentes y adultos jóvenes, ya que el segmento de 16 a 24 años representa el 41 por ciento del total de usuarios. Sin embargo, en varios países se ha observado que hay un espectro político que está aprovechando este vehículo de difusión: la extrema derecha.

En un artículo publicado en la revista La Trivial, el sociólogo español Iago Moreno alerta que este fenómeno se ha reproducido en países como Brasil, India Israel, Estados Unidos o España. Lo que hace llamativa a esta situación es la cantidad de jóvenes que reproducen los discursos de políticos extremistas como Jair Bolsonaro, Narendra Modi y Santiago Abascal.

https://twitter.com/IagoMoreno_es/status/1247907722223378432

En el caso de la India, el triunfo del actual primer ministro en 2014 representa un retroceso en la integración de una federación que reconozca a todos los pueblos y culturas del subcontinente; sustituyendo a esta con un estado fuertemente radicalizado que busca imponer una hegemonía hinduista.

Las redes sociales han sido fundamentales para consolidar la imagen de Modi y acentuar las divisiones culturales en el país, y Tik Tok no ha sido la excepción. A través de esta aplicación, el nacionalismo hinduista ha colocado discursos de odio entre castas y caricaturizado situaciones como el final de la autonomía de Cachemira a través de la imitación de discursos del mandatario y de la colocación de música ‘patriótica’.

En Brasil, los seguidores de Jair Bolsonaro no solo utilizan la red a su favor, sino que crean tendencias propias que, eventualmente, terminan permeando incluso en usuarios que no se identifican como partidarios del polémico exmilitar. Al igual que en el caso de la India, algunos de estos retos consisten en imitar los incendiarios discursos del presidente.

Una característica particular que este fenómeno tiene en la nación sudamericana es la cantidad de mujeres jóvenes que participan en estas acciones, muchas de las cuales tienen claras tendencias antifeministas.

En Israel, estado también gobernado por la derecha radical, hace ya un tiempo que se utiliza la plataforma que ofrecen las redes sociales para cimentar el discurso del primer ministro Benjamín Netanyahu y su partido Likud. En la nación levantina, este fenómeno tiene un elemento particular que permite reproducir es pensamiento conservador: las Fuerzas Armadas.

En esta nación, el servicio militar es obligatorio para hombres y mujeres, por lo que muchos de los usuarios comparten sus vivencias en los cuarteles a través de Tik Tok, como ya se había hecho en Instagram anteriormente. A través de la etiqueta IDF –siglas de las Fuerzas de Defensa de Israel- reproducen discursos islamófobos, maquillados con tendencias progresistas y democráticas.

En España, por otro lado, el partido de extrema derecha VOX es quien ha encontrado en Tik Tok un terreno fértil para expandir sus ideas en las redes sociales. Ahí, cientos de jóvenes producen contenidos en los que se reproducen los ideales ultranacionalistas de la agrupación que encabeza Santiago Abascal.

Para el politólogo Antoni Gutiérrez, la identificación de muchos adultos jóvenes –fue el partido más votado por hombres menores de 30 años- con VOX surge del discurso de ruptura que esta institución enarbola con respecto a las opciones políticas tradicionales. Esta ‘rebeldía’ y este rechazo a lo ‘políticamente correcto’ puede parecer atractivo para las nuevas generaciones.

Finalmente, Moreno asegura que sería un error cuestionar solamente la forma en la que estos movimientos utilizan las redes para difundir sus ideas, tal como sucedió en el siglo XX, cuando las democracias liberales solo se preocuparon por los aparatos propagandísticos de los movimientos fascistas en lugar de atacar las causas que permitieron su auge.

Con información de La Trivial y Vice.

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