Esta semana, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dio a conocer una convocatoria para que mil alumnos de medicina mexicanos a realizar sus especialidades a Cuba, país reconocido por su sistema de salud, con todos los gastos pagados.
De acuerdo con la información emitida por el Conacyt, se ofrecerán hasta seis especialidades diferentes: Anatomía Patológica, Geriatría, Medicina de Rehabilitación, Psiquiatría, Epidemiología y Medicina de Urgencias; y serán candidatos quienes ya hayan aprobado el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) que estén interesados en especializarse en el extranjero.
Entre los costos que cubrirá esta iniciativa se encuentran el monto anual por la estancia de cada estudiante y la colegiatura anual de cada uno. De acuerdo con la información ofrecida por la institución, el costo de las estancias estará rondando los 40 millones de dólares; mientras que la cifra total del proyecto será de 89.6 millones de dólares (mil 808 millones de pesos).
Sin embargo, esta noticia ha sido recibida de manera escéptica por algunos sectores. Uno de sus mayores críticos es Xavier Tello, cirujano y conferencista en políticas públicas que ha escrito columnas para periódicos como El Universal o Milenio; además de colaborar con comunicadores como Leo Zuckermann y Pascal Beltrán del Río.
A través de su cuenta de Twitter, el especialista criticó que se envié a los médicos mexicanos a Cuba y no a instituciones de Estados Unidos, como la Clínica Mayo, la Universidad Johns Hopkins o el Hospital General de Massachusetts; como si la isla caribeña no estuviera fuera de los confines del país.
https://twitter.com/StratCons/status/1339086166344208384
Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, la labor de los médicos cubanos ha estado bajo la lupa de la opinión pública, contando incluso con algunos rumores falsos sobre la calidad de sus servicios, lanzados desde sectores conservadores. Sin embargo, los homenajes y las muestras de cariño recibidas tras su salida de Italia en julio hablan de sus aportaciones.
El sistema médico de Cuba es reconocido en el mundo por varios motivos. Uno de ellos es el desarrollo de fármacos propios ante el bloqueo económico ejercido por Estados Unidos. Durante los últimos 30 años, las instituciones de salud de Cuba han desarrollo vacunas y antídotos para tratar enfermedades como meningitis, hepatitis B y diversos tipos de cáncer.
Otra prueba del prestigio cubano son sus cifras en cuanto a la erradicación de enfermedades como la mortalidad infantil, la sífilis o el VIH transmitido de madre a hijo, hechos reconocidos por instancias internacionales como la OPS, la OMS y la ONU. Una parte de este éxito está vinculada con la función social de la ciencia en el régimen socialista.
Hasta el pasado mes de noviembre, Cuba era el único país latinoamericano que había dado a conocer que estaba desarrollando una vacuna propia contra el COVID-19, a diferencia de potencias regionales como México y Brasil, que han suscrito diversos acuerdos e iniciativas para tener acceso a productos desarrollados en Estados Unidos y Europa.
Con información de Forbes México, OMS y Radio Ambulante.
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