A punto de cumplir tres años como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador aparece como el mandatario con la mayor aprobación en los últimos cinco sexenios llegando a este punto, de acuerdo con Consulta Mitofsky. Sin embargo, hubo un presidente con mejores números hacia la mitad de su encargo: Carlos Salinas de Gortari.
Este martes, la casa encuestadora encabezada por Roy Campos publicó una comparativa con los niveles de aprobación de las últimas seis administraciones. Ahí, el tabasqueño se sitúa por encima de todos sus antecesores inmediatos, registrando una popularidad del 65.2 por ciento, un crecimiento de 6.8 puntos respecto a 2020.
Esta aceptación es prácticamente igual al rechazo que Enrique Peña Nieto enfrentaba a la mitad de su sexenio, contando con una aprobación de apenas el 33 por ciento. Felipe Calderón, por su parte, era calificado positivamente por el 57.8 por ciento de los mexicanos en noviembre de 2009.
Vicente Fox –uno de los principales adversarios de López Obrador- dividía a la opinión pública a la mitad de su periodo, pues su aprobación alcanzó el 55 por ciento antes del 1 de diciembre de 2003. Tras el inicio de la recuperación económica tras el ‘error de diciembre’, Ernesto Zedillo alcanzó el 61 por ciento, prácticamente duplicando su popularidad tras el inicio de su gobierno (32 por ciento).
Por lo tanto, el actual titular del Ejecutivo federal no solo registra mejores números que sus cuatro antecesores, sino que rebasa incluso su propia aprobación al iniciar su gobierno, que era de 62 por ciento. Sin embargo, aún se encuentra lejos de los números que reportaba Salinas tras tres años de mandato.
De acuerdo con las gráficas compartidas por Mitofsky, el integrante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) llegó a la mitad de su gestión –noviembre de 1991-con unos índices de aprobación del 77 por ciento, por apenas 15 de rechazo, números impresionantes si se tiene en cuenta que inició su periodo con solo 57 por ciento tras las acusaciones de fraude electoral.
Además del control que el partido oficial aún ejercía en la política y la sociedad mexicana, entre otros factores que contribuyeron a que el economista registrara estas cifras de aceptación se encontraron la implementación –y difusión masiva- del Programa Nacional Solidaridad (Pronasol), el primero de asistencia social de envergadura nacional de su tipo.
Una gran parte del éxito inicial de Salinas consistió en que, pese a haber incrementado su tamaño, la oposición en el Congreso de la Unión –encabezada por el panista Diego Fernández de Ceballos- se alineó con el proyecto que el mandatario presentaba, aprobando la gran mayoría de sus iniciativas.
También se puede atribuir a la popularidad del entonces presidente la creación de órganos autónomos que debían dar certeza a la ciudadanía, como El Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE) o la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. En la misma época también se comenzaron las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá.
