La reciente propuesta de reforma migratoria que ha sido enviada al Senado dentro del plan “Build Back Better” (BBB, Reconstruir Mejor) de Joe Biden, es una propuesta de reforma un tanto mocha. Sin embargo, de ser aprobada, aunque la mayoría se quedarían fuera, muchos inmigrantes indocumentados sí serían beneficiados.
Por más de 30 años, desde la vez que Ronald Reagan firmó y convirtió en ley una reforma que arregló el estatus migratorio de alrededor de 3 millones de personas, no se ha logrado sacar adelante otra ley de ese calado. Y esto tomando en cuenta que en un sistema bipartidista como el de Estados Unidos, unas veces los republicanos son mayoría y otras veces los demócratas son mayoría.
Mientras tanto, los inmigrantes indocumentados son sabedores de que cualquier día la deportación puede llegar. Por lo que si no se aprueba, sería otro año más con esa tremenda carga de no saber cuándo podría llegar ese día. Y esto no solo es una carga constante de estrés para los mismos inmigrantes indocumentados, sino que también es algo que impacta a los ciudadanos estadounidenses, ya que son millones los ciudadanos estadounidenses quienes tienen algún tipo de conexión con alguien que es un inmigrante irregular dentro de este país.
¿Estarán a la altura esta vez los demócratas? ¿Y algunos republicanos, será que ahora sí sacarán su lado humanista? Para quienes conocen el modus operandi del bipartidismo en los Estados Unidos, ambas posibilidades se ven inalcanzables, pero lo más importante es que los inmigrantes siguen manteniendo la esperanza de que una reforma migratoria, amplia e incluyente, tarde o temprano va a llegar.
Lo que podría significar el ingrediente que faltaba para que los políticos se pongan las pilas y hagan algo bueno por los trabajadores inmigrantes es que la gente solidaria siga empujando, que se siga movilizando, que siga convenciendo y moviendo conciencias.
Esperemos que el poder legislativo esta vez sí esté a la altura. Y es que a los legisladores no se les está pidiendo algo imposible, simplemente se les exige una cosa: que hagan su trabajo, que hagan lo que no han querido hacer por más de tres décadas.
Como que 35 años de pretextos ya han sido suficientes, ¿no lo creen?
Marco I. Dávila C.
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